7.1.10

Fragmentos de Abzurdah

"Qué querés desayunar? ¿Té o café? ¿Galletas dulces o tostadas?”. Era el Cielo, estaba en el Cielo. Era todo lo que había soñado. Era más que cualquier cosa que me hubiera podido imaginar. Era Alejo haciéndome un desayuno, era yo despertándome en su cama, durmiendo abrazada a él, entre sus sábanas, en aquella misma cama (...) donde había dejado de ser una nena. Allí ahora yacía una mujer que se sentía amada. Allí estaba yo, reina del universo"


Pág 95, La reina del universo.



"Había terminado el colegio. Mis padres me demandaban que comenzara una carrera universitaria. Nunca entendí eso: ¿por qué a los diecisiete años tenés que saber que hacer con tu vida? Muchos de nosotros no lo sabemos. Y yo, a decir verdad, estaba completamente desorientada. A los diecisiete años no estás capacitado para decidir qué querés hacer con tu vida (...) Somos unos cuantos lo que tenemos diecisiete años y no sabemos qué vamos a hacer con nuestars vidas, en el caso de que quisiéramos seguir viviendo"


Pág 89, La reina del universo.



"Así es mi amor: atemporal. Por momentos olvido el presente cuando Alejo es un tipo despreciable y solo puedo recordar cómo era, cómo me trataba, cómo me quería. Mezclo personalidades, momentos, tiempos y así mi amor se vuelve atemporal: sin poder distinguir lo que fue y dejó de ser, de lo que nunca será.
Tengo la admirable (¿despreciable?) capacidad de borrar lo malo y recordar los momentos gratos. Así, aún después de escribir atrocidades acerca de él, puedo llamarlo por teléfono y hablar como si nada, con voz de enamorada y suspiros cariñosos. Sí, es lamentable. Por eso me costó tanto despegarme de él, por eso escribo: no quiero olvidar.

Quizás hasta tenga memoria selectiva: archivo solamente los documentos, pensamientos, fotografías, escritos y demás, que me hagan recordar los buenos tiempos"


Pág 85, Superhéroe electrocutado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario