30.4.11


La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil,
que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.

23.4.11

Aprendiendo.

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma. Y uno aprende que el amor no significa acostarse. Y que una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender. Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que, si es demasiado, hasta el calor del sol puede quemar. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno es realmente fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende ... y así cada día. Con el tiempo aprendes que estar con alguien, porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad. Con el tiempo te das cuenta de que si estás con una persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla. Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados y que quien no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de falsas amistades. Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira siguen hiriendo durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es atributo sólo de almas grandes. Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, es muy probable que la amistad jamás sea igual. Con el tiempo te das cuenta que aun siendo feliz con tus amigos, lloras por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá multiplicadas las mismas humillaciones o desprecios. Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el sendero del mañana no existe. Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas y forzarlas a que pasen, ocasiona que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás a los que se marcharon. Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, pues ante una tumba ya no tiene sentido. Pero desafortunadamente... sólo con el tiempo.

15.4.11

A veces no veo lo que hay, a mi alrededor.


13.4.11

Tanto ruido y al final, por fin el fin.

Ella le pidió que la llevara al fin de mundo, él puso a su nombre todas las olas del mar. Se miraron un segundo, como dos desconocidos. Todas las ciudades eran pocas a sus ojos, ella quiso barcos y él no supo qué pescar. Y al final números rojos en la cueva del olvido. Y hubo tanto ruido, que al final llegó el final. Mucho, mucho ruido, ruido de ventanas, nidos de manzanas que se acaban por pudrir. Mucho, mucho ruido, tanto, tanto ruido. Tanto ruido y al final, por fin el fin. Tanto ruido y al final...
Hubo un accidente, se perdieron las postales, quiso carnavales y encontró fatalidad. Porque todos los finales, son el mismo repetido. Y con tanto ruido, no escucharon el final. Descubrieron que los besos no sabían a nada, hubo una epidemia de tristeza en la ciudad. Se borraron las pisadas, se apagaron los latidos. Y con tanto ruido, no se oyó el ruido del mar. Mucho, mucho ruido, ruido de tijeras, ruido de escaleras.. que se acaban por bajar. Mucho, mucho ruido. Tanto, tanto ruido. Tanto ruido y al final...

2.4.11

¿Cómo se hace para no besarte?, decíme



Pedíme que no respire... ¿Durante cuánto tiempo mi cuerpo podría hacerte caso antes de volver a tomar aire para seguir respirando y seguir besándote? Eso es la vida. Algo tan simple como eso. Respirar y besarte, besarte y respirar. Si me dejas hacer eso todos los días, vivo 178 años.